miércoles, 9 de julio de 2014

Keynes y la Ruptura del Paradigma Clásico (y Neoclásico)



La economía clásica siempre tuvo críticos que apuntaban algunas fallas en la supuesta regulación autónoma de los mercados. Y las críticas más duras iban hacia el mercado de trabajo, donde la teoría clásica no podía dar una explicación válida acerca de la existencia de desempleo. De acuerdo a la teoría clásica los recursos eran siempre plenamente utilizados y el mercado de trabajo con su permanente desempleo (sub utilización del recurso mano de obra) fue una piedrecita en el zapato que explicaban con ideas como desempleo voluntario. La crisis de 1929 no hizo más que amplificar aquellas partes de la realidad que no encajaban en la teoría económica clásica. El desempleo en Estados Unidos llegó hasta límites inauditos. Una de cada cuatro personas estaba desempleada. El presidente Hoover siguiendo las consignas clásicas promulgó medidas tendientes a disminuir la oferta (disminución del gasto público, desalentó créditos, disminución de gastos sociales y salarios, disminución de las importaciones). El resultado fue que la crisis de 1929 se profundizó y diera inicio en todo el mundo al período de la gran depresión. Asume Roosevelt en Estados unidos y le da un giro dramático al tema económico. Decide aplicar políticas que en lugar de desincentivar la oferta y esperar que el mercado se auto regule, iban a acelerar el proceso incrementando la demanda, haciendo que los engranajes de la economía vuelvan a girar mitigando el desempleo y la pobreza. Estas ideas ya recorrían las universidades europeas desde hacía más de una década impulsadas por su genio creador, John Maynard Keynes.
(descanso)
Keynes fue un economista británico que en su libro Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero (1936) propone que la demanda también puede ser utilizada para fines de política económica, especialmente en tiempos de desempleo y de capacidad instalada no utilizada. Incrementar la demanda vía gastos del gobierno podía muy bien ser el impulso necesario para la recuperación de la economía. Con políticas de este tipo el período de recuperación sería mucho menor que si simplemente dejáramos trabajar al mercado.
Keynes proponía en épocas de crisis que el estado debía incrementar su gasto social y en inversión productiva.
Vamos a enumerar ahora las diferencias entre economía clásica y economía keynesiana
- con respecto a los mercados
- con respecto al papel del gobierno
- con respecto a la oferta y a la demanda

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